El año 2011, el alcalde anunciaba a bombo y platillo una operación especulativa que calificó de “Operación aplauso”: un “triángulo perfecto”, siempre según sus palabras, por el cual adquiría la propiedad de la zona de cines y bajos comerciales del hotel Gandia Palace, ampliaba el patrimonio del Ayuntamiento, cobraba la deuda del propietario con la administración municipal y dinamizaba la playa de Gandia. Casi tres años después, aquella ‘Operación aplauso’, que tenía coste cero, ha costado a los ciudadanos de Gandia más de dos millones de euros.
El concejal Vicent Mascarell afirma que “nos encontramos ante una operación que no es más que una improvisación del PP que acaba costándonos millones de euros a los gandienses”: Mascarell afirma que la ‘Operación aplauso’ no es más que “una estrategia burda para perdonar la deuda a un empresario amigo”.
De nuevo, la empresa municipal Iniciatives Públiques de Gandia era el instrumento para llevar a cabo esta operación de negocio. Una empresa bajo la sombra de la sospecha por su contabilidad opaca, en manso ya de la justicia.
Mascarell se ha preguntado “donde están el dinero, quien piensa asumir responsabilidades y si el alcalde piensa dar explicaciones”.