La adquisición de la Citroën a principio de legislatura, que el gobierno del PP vendió como la mejor opción para contar cuanto antes con una nueva sede central de la Policía Local, nos ha costado ya a los gandienses 6,1 millones de euros. A los 3,9 millones de la expropiación, que se produjo al entrar Torró a la alcaldía, aunque se siguieron vendiendo coches hasta bien avanzada la legislatura, se suman ahora los 2,2 millones de euros para acondicionar el edificio.
Los socialistas denunciamos ante la fiscalía el oscuro proceso de adquisición de la Citroën que entendemos que se guiaron por beneficiar a un amigo de Torró, que en plena campaña electoral y ante testigos manifestó que le compraría el concesionario.
Las obras de construcción han dejado al descubierto que detrás del imponente edificio de cristales espejo esconde una estructura rematada con uralita que, para el concejal socialista Vicent Mascarell que visitó ayer las obras junto a la secretaria general del PSPV-PSOE en Gandia, Diana Morant: «es como el actual gobierno municipal: una fachada imponente que esconde un espacio para rehacer completamente porque amenaza ruina».