Tal día como hoy hace ahora 30 años, la proyección de la película El amigo americano, de Wim Wenders, comenzaba una nueva apuesta cultural que, con el tiempo, acabaría convirtiéndose en la más antigua y seguida de la ciudad de Gandia: el Cine Pot. De la mano de la Universitat Popular recientemente nacida entonces, y después con la implicación del departamento de Cultura, el Cine Pot conseguiría reunir cada semana a un público fiel que ahora ve con decepción en qué se ha convertido el Cine Pot.
Y es que desde la llegada del PP al gobierno de la ciudad, en concordancia con su nefasta y pobre política cultural, el Cine Pot ha sufrido un constante maltrato que lo ha dejado en una situación casi presencial en la programación cultural. Porque primero fue una reducción en las proyecciones (de tres a dos proyecciones cada día de Cine Pot); después, su paralización por unas obras; después, su segunda paralización, durante meses, por el cierre del Teatro Serrano; y ahora, su drástica reducción a sólo dos sesiones al mes (antes eran cuatro) y el aumento de su precio, que ahora es el doble de lo que costaba antes.
Nada que ver con la apuesta que el anterior gobierno socialista tenía con esta programación y, en general, con el Teatre Serrano. Porque desde la reinauguración de la sala más histórica de Gandia, la familia del Cine Pot aumentó gracias a la creación de la tercera proyección y a la aparición de nuevas programaciones: el Cine Alternatiu, el Cine Familiar y el Cine en Valencià. Propuestas, todas ellas, desaparecidas con la privatización del PP. Además, el precio era de dos euros, ahora es de cuatro, y las películas programadas nada tienen que ver con lo que hoy en día se proyecta en el Cine Pot.
A pesar de todos estos recortes, el cinismo del gobierno del PP y del edil de Cultura, Vicent Gregori, ha llegado al punto de dedicarle la portada de El Full cultural de Gandia a la efeméride, de la que no se ha programado ninguna actividad concreta. Situación que dista mucho las actividades que se realizaron para el 25 aniversario del Cine Pot, con la proyección de la película que un cuarto de siglo antes había dado inicio al ciclo y con un concierto de música en directo. Ahora, el aniversario se lo ventilan con una portada en El Full, ese folleto que ahora parece más un catálogo de publicidad que una programación cultural y donde las propuestas del Serrano se limitan a llenar una página.
Por todo esto, el concejal socialista Jesús Garcia ha lamentado la “nula, insignificante y ridícula” apuesta cultural del gobierno del PP, un gobierno “más preocupado por mantener una imagen de saraos y fiestas que por preservar un Teatre Serrano público que siguiese siendo el emblema de una ciudad que apostaba por la cultura y que ahora sólo apuesta por el Shore”.