El anuncio de ejecución de la sentencia de las Escuelas infantiles , con la amenaza de embargo por parte de los juzgados si no paga en tres días , demuestra como la cabezonería del alcalde y la concejala de Educación lleva al límite a la ciudad , que en menos de un mes recibe el segundo aviso de embargo . El capricho de despedir unas trabajadoras para sustituirlas por otras le puede costar muy caro en Gandia , pero no contentos con que los juzgados les han quitado la razón , Arturo Torró y Marta Chàfer son capaces de llegar al embargo de bienes municipales por no acatar la sentencia, reincorporar a las trabajadoras y pagarles el que el Ayuntamiento les debe, repetimos , por el capricho del alcalde y la concejala de Educación .
La concejala socialista Liduvina Gil les ha pedido que » negocien el pago y reincorporan de inmediato las trabajadoras, porque aquí no estamos hablando de deudas bancarias , sino de personas que , tras perder injustamente su puesto de trabajo , tienen que aguantar ahora un trato inhumano y prepotente por parte de un gobierno municipal que , en lugar de resolver los problemas de sus ciudadanos se dedica a crear otros nuevos » .