Torró hace el ridículo ratificando un convenio con él mismo tras ser rechazado por Xeraco y Xeresa.

Durante la sesión del pleno ordinario del Ayuntamiento de Gandia celebrado ayer, Torró volvió a hacer el ridículo aprobando la ratificación del convenio que él mismo firmó en Fitur con su homólogo en Xeraco, Avelino Mascarell, para impulsar la construcción del acceso norte a la playa. Y es que para los socialistas, el convenio lo firma Torró con él mismo después de que Xeresa no acepte el proyecto y Xeraco se haya hecho atrás.

A pesar de que Torró impulsó este convenio, los problemas aparecieron cuando Xeresa, de forma unánime (con los votos del PP incluidos) rechazó el proyecto propuesto por Torró, que pasa por su término municipal. La cosa se complicó más cuando el pleno de Xeraco, gobernado por el PP en minoría, desautorizó a Mascarella ratificar el escrito con los votos contrarios de PSOE y Bloc.

Para los socialistas, esta situación hace que el convenio que ayer ratificó el pleno con el rechazo de los dos grupos de la oposición sea un papel ridículo y sin validez, motivado por las prisas y las malas formas de Torró con los otros dos municipios implicados. Así, durante el debate, los grupos en la oposición remarcaron el absurdo de ratificar un convenio rechazado por las otras partes. Para Ana Garcia, son precisamente las formas de Torró y el PP las que han hecho que todas las partes implicadas excepto el propio Torró rechacen un acuerdo para un proyecto que todos defienden.

Para los socialistas, el acuerdo es un disparate desde la raíz del asunto, dada la perversidad que supone que dos municipios, Gandia y Xeraco, firmaran un protocolo de actuaciones para una infraestructura ubicada en el término municipal de una tercera localidad, Xeresa, que no estuvo de acuerdo con el proyecto desde el primer momento.

A pesar de la votación en contra de la ratificación del convenio, los socialistas se mostraron favorables a que el proyecto del acceso norte a la playa siga adelante, considerándolo de capital importancia para la ciudad. Por eso, se sumaron a la enmienda presentada por el Bloc Compromís en la que se proponía aprobar una declaración de intenciones para comenzar un diálogo entre las partes implicadas y pedir a los gobiernos de España y la Generalitat que estudien la propuesta.

Adiós al programa de absentismo escolar.

En el pleno de ayer también se debatió una moción presentada por el Grupo Municipal Socialista para pedir al gobierno del PP que rectifique y prorrogue el contrato con la cooperativa Llavors para que siga desarrollando en los centros educativos de la ciudad el conocido como Programa de Atención al Alumnado. Una moción que no salió adelante por la negativa del PP a seguir con un modelo de éxito aplaudido por todos los agentes implicados.

Durante la defensa de la moción, Gil ha destacado el reconocimiento que los trabajadores del programa han recibido por parte de profesores, madres, padres y los propios alumnos, y ha lamentado que el PP excuse su decisión en que el servicio lo realizaba una empresa privada mientras quieren privatizar la red de escoletes.

Gil ha recordado que el coste de este programa lo ha asumido Gandia “para cubrir las necesidades de los centros que ha abandonado la Generalitat Valenciana, a quien le correspondería este programa”, y ha valorado la importancia que tiene que Gandia fuera pionera en su momento con un programa que ha sido referente para otras ciudades.

Finalmente, la moción ha sido rechazada con los votos en contra de la mayoría absoluta del PP. Los socialistas y el Bloc han votado a favor de un programa que, durante más de una década, ha garantizado la asistencia a las aulas de niños con problemas y riesgo de exclusión.

Por último, el PP también rechazó finalmente tratar con carácter de urgencia la moción de los socialistas para pedir al gobierno de España que siga apoyando a las energías renovables y no apruebe el Real Decreto-Ley que supone un retroceso en las renovables. Torró ha considerado que es una cuestión para tratar en comisión, a pesar de que era una moción marcadamente política.