A 10 días de renovar la corporación de Gandia, cuando surgiría un nuevo equilibrio de fuerzas políticas con puntos de vista contrarios a los sostenidos por el PP esta legislatura, no parece ser el momento más adecuado para que el Consell Territorial d’Urbanisme, el máximo órgano en materia urbanística de la Generalitat Valenciana, dé el visto bueno al Plan Especial de la Marjal, eufemismo bajo el cual se oculta la construcción de un campo de golf. Su aprobación podría hipotecar el futuro de Gandia al generar unos derechos urbanísticos que obligarían a indemnizar a los propietarios en el caso probable que un nuevo gobierno progresista desestime el proyecto. Es más, hace unas semanas el propio alcalde se comprometía con los propietarios de los terrenos a qué se haría lo que ellos quisieran en la marjal, pero el espaldarazo del Consell Territorial d’Urbanisme supondría obviar la voluntad de los marjaleros.
Ante estas circunstancias, solicitamos al Consell Territorial que deje la decisión sobre la mesa. Para ello, el diputado socialista Francesc Signes registrará un petición en este sentido. Esperemos que el órgano de la Generalitat Valenciana muestra la consideración, criterio y sentido común que le falta al gobierno del PP de Gandia y paralice la decisión hasta la celebración de las elecciones.
No es el único tema que parece querer dejar atado y bien atado el Partido Popular. Ante la inminente pérdida del gobierno, están tomando una serie de decisiones que hipotecarán innecesariamente a los futuros gobernantes, a los que les será muy difícil o económicamente costoso dar marcha atrás en temas como la gestión del Centre Esportiu Roís de Corella, que ya denunciamos, o el parking en altura de Corea.
Por ello, Vicent Mascarell ha solicitado cordura al Consell Territorial de Urbanismo y “prudencia política ante un escenario que puede cambiar radicalmente en 10 días y que condicionaría injustamente al nuevo gobierno de Gandia”.