El gobierno del PP ha gastado 2 millones € en 10 chiringuitos y construye 2 más

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El gobierno de Gandia lleva gastados más de 2 millones de euros en chiringuitos a los que falta sumar el coste de los que actualmente se construyen en l’Auir y els Marenys con un permiso de Costas a precario que, de momento, los autoriza sólo hasta el 30 de septiembre. Precisamente buscando información sobre ello, hemos dado con lo que costaron los 2 que se construyeron el año pasado en la Ducal y Coco-Loco: 676.423 euros. Si se tiene en cuenta que en 2012 se pagó por la construcción de 8 chiringuitos 1,3 millones de euros (es decir, 160.000 euros por chiringuito) el coste de los del 2013 es más del doble que el del año anterior. Unas inversiones que necesitarían décadas de concesión para amortizarlas.

Todo ello en el contexto de una deuda de 63,7 millones de euros de la empresa pública responsable de la construcción. Para la concejal socialista Diana Morant “mientras vivimos una situación de emergencia económica municipal, el gobierno gasta a manos llenas un dinero que no tiene en construir chiringuitos; han cambiado el “Ahora empleo” por “Ahora chiringuitos”. En todo caso, señala Morant, “la pregunta ya no es para qué sino para quién porque los beneficiados no son los ciudadanos de Gandia”. Al mismo tiempo, Diana Morant señala que “tampoco sabemos a quién exigir responsabilidades ya que al anterior concejal de contratación le acaban de quitar la firma; al concejal que simula ser de turismo es solo de playas; y el alcalde, auténtico concejal de turismo se encuentra en Argentina”.

Además, el proceso de concesión de la explotación de los nuevos chiringuitos de l’Auir y els Marenys se ha prolongado tras el poco éxito de concurrencia, ya que el contrato finaliza el 30 de septiembre y los chiringuitos se encuentran en construcción.

 

El misterio de la fibra óptica

Hay que recordar que en el caso de los primeros chiringuitos construidos por el gobierno del PP en 2012 se pagó por ocho lo que tenían que costar 13 y se justificó por la construcción de un escenario y la instalación de fibra óptica que ejemplifica que la pregunta clave no es para qué, ya que no tiene justificación el uso de fibra óptica, sino para quién.