Los concejales socialistas en el Ayuntamiento de Gandia, Diana Morant y Vicent Mascarell, han contestado hoy a las amenazas que recibieron el pasado viernes por parte del Alcalde de Gandia, Arturo Torró, quién pidió a Morant un cambio de actitud respecto a su participación en el consejo de administración de Gandia Protur. Y lo han hecho pidiendo el cese del gerente de la empresa, Carlos Bolta, quién pagó más de 8.000 euros por 7 noches al hotel Biarritz que regenta su padre, con motivo de los conciertos de Julio Iglesias y Tom Jones.
El concejal socialista Vicent Mascarell ha explicado que la empresa del Hotel Biarritz, del que fue co-gerente el propio Bolta antes de acceder a dirigir la empresa municipal de turismo, ha sido una de las que más dinero ha facturado con los eventos del mes de agosto. Por eso, Mascarell ha pedido su cese o dimisión inmediata y ha asegurado que “no queremos que Gandia Protur se convierta en la cueva de Alí Babá”.
Mascarell ha dicho que con sólo 100 días de gestión, la política de Bolta, miembro del PP, se ha demostrado que es “de trato clientelar y nula transparencia”.
Por su parte, Morant, quien ha negado rotundamente que le diera la enhorabuena a Torró por los conciertos, ha explicado que no tiene ninguna intención de dimitir de Gandia Protur porque “los datos que hice públicos son verídicos y están contemplados en el informe que se nos entregó desde la empresa”.
La concejala socialista manifiesta su voluntad de continuar por la misma línea porque es su “responsabilidad política y obligación fiscalizar lo que se hace desde la empresa pública” y ha hecho público que Gandia Protur está llevando a cabo proyectos “que se alejan mucho de su objeto social, como por ejemplo pagar la Fira i Festes de este año mediante un crédito del ICO”.
La socialista ha insistido, además, en que los conciertos del verano fueron “un fracaso”, y ha vuelto a resaltar que se regalaron 7.527 entradas, cifra mucho más elevada que las que se vendieron entre los dos conciertos, que fueron 4.905 y ha añadido que las entradas regaladas “no estaban sólo en hoteles, también en peluquerías, bares y tiendas de ropa”.